(VOVworld) – Durante los últimos 13 años, el equipo K72 del Mando militar de la provincia sureña de Binh Phuoc no ha escatimado esfuerzos en la búsqueda de los restos de los soldados fallecidos en el campo de batalla en Camboya. Con la tradición: “Al beber agua, recuerda su manantial”, los jefes y combatientes del grupo han rescatado y construido tumbas para dos mil 125 soldados voluntarios y expertos nacionales caídos en la tierra jemer.
A mediados de octubre de cada año cuando termina la estación de lluvias, el equipo K72 formado por 50 mandos y soldados, comienza la búsqueda y rescate de los mártires vietnamitas en Camboya. Todos preparan suficientes instrumentos necesarios para su tarea, entre ellos, guatacas, palas, hamacas, sábanas, mantas, mosquiteros, y medicamentos, entre otros. La mayoría de los miembros son jóvenes, algunos más veteranos. Según Le Van Hieu, jefe del pelotón de zapadores, los sacrificios de los antepasados constituyen fuerza motriz para animar a su grupo a superar las dificultades y repatriar los restos de los mártires. “Aunque es dura, la tarea es noble. Estamos orgullosos de cumplir la misión encargada por la patria. Cada vez que encontramos restos de mártires, olvidamos todas las dificultades del trabajo”.
La ceremonia de homenaje póstumo a los combatientes caídos en Camboya
para luego llevar sus restos a la tierra natal
Los soldados voluntarios de Vietnam fallecieron principalmente en zonas montañosas de difícil acceso, lo que implica retos enormes en la búsqueda de sus despojos. Además, durante el viaje, los combatientes deben atravesar selvas llenas de mosquitos, sanguijuelas terrestres y animales peligrosos. El coronel Nguyen Van Binh, jefe del equipo K72 informó: “Lo más difícil radica en el cambio de áreas de búsqueda. Poca gente conoce exactamente donde se ubican las tumbas de los mártires vietnamitas. Debido a la magnitud de la búsqueda, debemos dividir el equipo en diferentes subgrupos para garantizar el cumplimiento correcto de la tarea. La temperatura en Camboya es extrema mientras las condiciones laborales son desventajosas. Todas afectan la salud y el desempeño de la función”.
El cementerio de mártires Rung Sac, en Binh Phuoc
En la estación seca en Camboya, el calor es insoportable. Las plantas se marchitan. En la escasez de agua potable, los soldados deben ahorrar cada gota remanente en huecos de rocas y troncos de bambú. Esta situación crítica obliga a cada miembro a mantener la unidad para cumplir la misión que le encarga la patria. De acuerdo con el coronel Pham Van An, comisario político del equipo K72, gracias a la ayuda de los habitantes locales en materia de alojamiento, víveres e informaciones, las tareas se alivian. Además, cada combatiente es consciente de aprender el idioma jemer para facilitar la comunicación con los autóctonos y ofrecerles examen médico con medicamentos gratuitos, así como apoyarles en el cultivo y cosecha de arroz y viandas. Pham Van An dio a conocer: “La parte camboyana nos propicia condiciones favorables, desde alojamiento hasta las informaciones sobre los soldados vietnamitas fallecidos en la tierra jemer. Además, nos acompaña una delegación militar durante el viaje”.
En Kampong Thom y Kratie, dos áreas en que trabaja el quipo K72, quedan cientos de restos de los mártires vietnamitas. Respondiendo a la esperanza de familiares de los combatientes fallecidos en Camboya, el grupo se esfuerza por repatriar todos los despojos de los caídos, considerado como un esfuerzo en gratitud a los héroes que se sacrificaron por la misión internacional y la independencia de la patria.