(VOVWORLD) - En los últimos años, el Fondo de Protección Infantil de la provincia altiplana de Dak Lak ha conectado a los buenos corazones para apoyar a los niños con escasos recursos económicos en la localidad. Esta labor ha contribuido a ayudarlos a superar las dificultades y avanzar hacia un futuro prometedor.
Luc Thi Tham, de 10 años de edad, en la aldea 6, comuna Ea Hu de la provincia de Dak Lak, se siente muy feliz desde que se mudó a una vivienda de ensueño. Antes la niña vivía en la miseria y en una casa ruinosa. Su padre murió cuando era muy pequeña, lo que cargó a la madre con todas las faenas de la familia y la vida se le dificultó aún más cuando se detectó que tenía cáncer. El mantenimiento del hogar pasó a depender principalmente de los vecinos. Gracias a una ayuda económica de 50 millones de dongs (más de 2 mil dólares) proporcionada por el Fondo de Protección Infantil de la provincia, su familia tiene ahora una vivienda más espaciosa y limpia, con la tranquilidad que ello comporta para el espíritu. Tham dijo lo siguiente: “Agradezco al Fondo de Protección Infantil de Dak Lak. Me siento muy feliz al vivir en la nueva casa porque ahora no sufro más las goteras del techo y no molesto más a mi abuelo, quien me ofreció una habitación para dormir en la noche. Me comprometo a estudiar incesantemente para merecer el apoyo de los benefactores”.
El Fondo de Protección Infantil de la provincia altiplana de Dak Lak entrega becas a niños pobres |
H’Nul Niê, de la etnia Êđê en la aldea Ea Gar, comuna de Ea Kmut, acude regularmente a la escuela pese a las dificultades económicas de su familia. Esta hija menor de la familia sabe de los sacrificios de sus hermanos para que ella pueda acceder a la educación, puesto que su padre murió ahogado y su madre está gravemente enferma. Perseverar en el estudio y lograr buenos resultados académicos es la mejor forma que tiene de corresponder a la ayuda de los demás miembros de su familita y al apoyo del Fondo de Protección Infantil de Dak Lak. H’Nul Niê expresó lo siguiente: “Este año obtuve una beca. Estoy muy feliz porque esta recompensa es una fuente de aliento para mantener los esfuerzos de superarme en los próximos tiempos”.
Entretanto, su compañero H’ My Su, en la aldea Drao, comuna Ea Kênh, estudiante del séptimo grado de la escuela Le Dinh Chinh, ya cumplió su sueño de tener una bicicleta. Este es el premio a sus buenos resultados académicos y a sus esfuerzos por caminar cada día de los últimos tres años dos kilómetros hasta el centro educativo a través de una senda intrincada, sin importar si las condiciones del tiempo son buenas o malas. El alumno compartió: “Me gratulo de esta bicicleta, regalo de los buenos corazones. Ahora se reducirá el tiempo de viaje a la escuela. Me comprometo a redoblar los esfuerzos en el estudio para cumplir mi sueño de ser médico en el futuro”.
Desde principios de 2018 hasta la fecha, la mencionada institución filantrópica ha entregado 457 becas a alumnos con escasos recursos económicos, además de obsequiar cerca de 100 bicicletas y construir 11 casas de solidaridad para los niños huérfanos. Los infantes beneficiados por esta ayuda llegan a siete mil, y el valor de sus aportaciones alcanza los 6 mil 400 millones de dongs (unos 274 mil 144 dólares). Lam Dinh Nhien, director del Fondo de Protección Infantil de la provincia de Dak Lak informó que al asumir la misión de conectar a los patrocinadores con los niños en situación difícil, este organismo continuará recaudando recursos para respaldarlos, de cara a un futuro más brillante. “En los próximos tiempos, nuestra fundación insistirá en movilizar los donativos de particulares y asociaciones de dentro y fuera de la provincia para construir guarderías infantiles y casas de solidaridad al servicio de los niños residentes en las zonas más recónditas y los huérfanos. También nos esforzaremos para financiar a más infantes que necesitan cirugía cardíaca, del labio leporino y del paladar hendido”.
Las becas y los regalos del Fondo de Protección Infantil de Dak Lak se han convertido en un soporte material y espiritual de los niños con escasos recursos económicos en la localidad. Estas fuentes los motivan a continuar superando las dificultades para seguir los estudios y crecer en aras de realizarse como miembros instruidos de la familia y ciudadanos honestos en la sociedad.