(VOVworld) – “Al casarse con un pescador, el alma se cuelga en el mástil” ha sido una melodía que refleja en parte el sentimiento de las mujeres y madres en el distrito insular Ly Son, provincia central Quang Ngai. Cada vez que su marido pesca en el caladero, ellas no dejan de mirar hacia alta mar esperando su regreso. Muchos pescadores fallecieron en las aguas profundas dejando en casa a mujer e hijos inocentes.
Mujeres del distrito Ly Son laboran en la costa cuando
sus hombres pescan en el altamar
Los pescadores en el distrito insular Ly Son heredan el oficio tradicional de sus antepasados aferrándose al caladero del archipiélago de Truong Sa (Spratly) y Hoang Sa (Paracel). Para estos hombres, pescar en alta mar no es solamente para ganarse el sustento sino también para defender los territorios marítimos e insulares de la Patria. Entretanto, detrás de su valentía están las mujeres perseverantes consideradas como el soporte espiritual para transmitir el sentimiento de seguridad a su marido. Phan Thi Chau tiene su marido dedicado al buceo y cuatro hijos pequeños. En los días lejos de su esposo, esta mujer tiene que trabajar sin cesar. “Mi marido pesca durante dos semanas, a veces 20 días e incluso un mes. La vida es ardua, pues mis hijos son pequeños y carecemos de víveres, especialmente en la temporada de crecidas. Por lo tanto, tengo que trabajar para otras personas. Mis faenas consisten en quitar malas hierbas y labrar la tierra”.
Pese a la dificultad, Chau no se da por vencida ya que comprende su responsabilidad ante los hijos y el marido que desafía el peligro para ganarse el sustento y al mismo tiempo cumplir la misión de defender la querida Patria. Sin embargo, la poca felicidad de la mujer se fue con el accidente que dejó paralítico a su marido Duong Thanh Van durante el buceo. “En 2005 mi marido murió debido al accidente. Intenté cuidarle durante 5 meses en el hospital. Cuando regresó a casa, apliqué la acupuntura esperando que se recuperara. Sin embargo, fracasé y mi esposo murió un año después”.
En el caso de Nguyen Thi Hue, su marido murió en su regreso de alta mar a casa debido a una tormenta. A sus 40 años de edad esta viuda debe educar a los 5 hijos. Hasta la fecha, no puede superar el temor cada vez que escucha el aviso de huracanes en la radio. Cuando ocurren desastres naturales, su preocupación se acrecenta ya que sus hijos practican ahora el oficio de su padre. Por su parte, Bui Thi Phuc no puede olvidar su dolor al recordar los 5 meses de esperanza con ansia de la noticia de su marido pero él nunca regresó. Phuc contó: “Mi marido fue a pescar el 15 de febrero lunar. 25 días después, escuché el aviso del huracán y lo esperé regresar, pero desafortunamente naufragó en el camino por no encontrar un refugio. El barco con todos los pescadores a bordo desapareció. Hasta el 15 de julio lunar, se realizó un réquiem por mi esposo”.
La viuda Nguyen Thi Hue está viendo una foto que tomó junto a su marido
Como de costumbre, Phuc mira hacia el mar cada vez que llega la tarde. Es el momento de vivencia en su propio mundo. Al cabo de un buen rato, vuelve a la realidad y continúa cuidando a sus dos hijos pequeños. La vida rebosa de dificultades pero las viudas de Ly Son como Chau, Hue y Cuc junto con numerosas mujeres mantienen su mirada hacia el futuro. Desde antaño hasta la fecha, las mujeres y madres en este distrito insular representan una retaguardia sólida para tranquilizar al marido que pesca en alta mar para ganarse la vida y defender la Patria. A lo lejos las cabrillas se apresuran en los arrecifes y la vida de los habitantes en Ly Son sigue con sencillez y perseverancia.