El decano del Departamento de Eléctrica y Automatización Tran Liem Hieu (camisa azul) enseña a presos participantes en la clase. (Foto: Ngọc Anh/VOV5)

Se trata del primer taller de formación profesional para introducir a los convictos en la reparación de los equipos electrónicos y de refrigeración. Este fue inaugurado  el mes de octubre en el auditorio del mismo Centro de Detención No.1. Sobre esta importante iniciativa, el coronel Pham Chien Thang, director adjunto del centro, precisó: “En colaboración con la Escuela Superior de Electrónica y Refrigeración de Hanói hemos logrado inaugurar este curso para presos. La clase cuenta con 25 participantes, en su mayoría convictos que demuestran buena conducta o que están a punto de reintegrarse en la comunidad. Al final de las 300 horas de aprendizaje, equivalentes a 3 meses de formación, recibirán un certificado de cualificación profesional de nivel primario”.

La clase se divide en cuatro grupos, cada uno cuenta con 5 o 7 participantes. Gracias al método pedagógico que combina la parte teórica y práctica, los alumnos tienen la oportunidad de practicar con una gran variedad de electrodomésticos. En efecto, el 70 % del tiempo en este curso de 3 meses, se dedica a la práctica. Dicho enfoque pretende dotar a los reclusos de los conocimientos necesarios para encontrar un empleo que les ofrezca ingresos estables tras cumplir su condena en prisión. El participante más joven nació en 2004 y el mayor en 1974. Ambos expresaron su gratitud por la oportunidad de seguir este curso de formación profesional.

"Han organizado cursos de reparación de aparatos electrodomésticos, del lunes al viernes. Actualmente, nuestra clase cuenta con 25 participantes".

“Participar en este curso de formación nos permite adquirir conocimientos fundamentales de electricidad doméstica y desarrollar habilidades proactivas en la reparación de electrodomésticos. Al ampliar el acceso a la orientación vocacional, este programa nos ayuda, innegablemente, en nuestro proceso de reinserción social tras cumplir nuestra pena de prisión. Gracias a la formación somos más autónomos y proactivos a la hora de buscar trabajo en cuanto nos reintegremos en la sociedad. En este momento estoy intentando aprender a mejorar mis competencias profesionales. Me gustaría expresar mi gratitud a la junta de vigilancia por su atención a los reclusos, y a los profesores por su apoyo entusiasta”.

Es la primera vez que se desarrolla este tipo de curso de formación para presos en todo Hanói. El programa es el resultado de los esfuerzos combinados del Centro de Detención No.1 y de la Escuela Superior de Electrónica y Refrigeración de la capital. Un total de ocho profesores de este colegio han sido movilizados para participar en la iniciativa, así indicó Tran Liem Hieu, decano del Departamento de Eléctrica y Automatización.

En el interior de una clase de formación profesional para presos. (Foto: Ngọc Anh/VOV5)

“Debido a las diferencias de edad y profesión entre los alumnos, la capacidad de aprendizaje de cada uno varía. A pesar de estas dificultades, nuestros profesores se esfuerzan al máximo para que los reclusos adquieran los conocimientos y competencias profesionales necesarios para ejercer su profesión una vez finalizada la formación. Teniendo en cuenta sus situaciones individuales, enviamos a profesores con buenas aptitudes pedagógicas y persuasivas, para que impartan la mejor formación posible. Al final del curso expedimos a los alumnos un certificado de cualificación que les permite participar en la vida laboral. También animamos a los alumnos a que continúen sus estudios en nuestra escuela después de su reinserción en la sociedad. Esto si desean continuar el programa de transferencia a un nivel superior, al tiempo que mejoran sus cualificaciones profesionales. Es una iniciativa que demuestra claramente el humanismo del Estado hacia los presos”, compartió el decano Hieu.

En los próximos años, el Centro de Detención No.1 de Hanói tiene previsto ampliar la cantidad de cursos de formación profesional para contribuir a la reintegración de los reclusos como ciudadanos activos y a reconstruir sus vidas con confianza y una sólida moral.