(VOVworld) – El calor del junio empieza a apretar y aumenta los ánimos del verano estimulándonos a irse de viaje, a buscar un sitio lejano a nuestro día a día, con playas solitarias y una gastronomía deliciosa. Estas imágenes de un lugar cautivador nos llevan a pensar en visitar la bonita isla de Phu Quoc en Vietnam.

Situada al Sur del país, en el Golfo de Tailandia, este paraíso aún no se encuentra demasiado explotado por el turismo de masas y conserva el encanto rural que atrae a cualquier visitante. “La perla de Vietnam”, como la denominan los folletos turísticos, es la mayor isla de la nación indochina y destaca por su atmósfera tranquila en todos sus rincones. No hay en Phu Quoc carreteras propiamente dichas, sino caminos de tierra por los que hay que transitar con tiento entre nubes de polvo. Se trata, pues, de un lugar remoto, sin contaminación, al margen del desarrollismo que estropea tantos paraísos. Tampoco encontraremos edificios de cemento en toda la isla, ni muchos “resorts” en sus maravillosas playas de arena blanca. Las vacas pastan en la hierba que crece junto a la playa y las palmeras son más altas que las construcciones. Incluso en Duong Dong, donde se concentra la mayoría de la población, el ambiente rural se sigue respirando desde sitios como su puerto hasta lugares como la salida de los colegios o los mercados locales. Phu Quoc ofrece a los turistas la mejor forma de disfrutar la naturaleza, que es dejarse llevar por la corriente de sus ríos, mientras se disfruta de un paisaje verde y virginal.