A orillas de la carretera nacional 2, en el tramo que conecta la ciudad de Ha Giang con el puerto fronterizo de Thanh Thuy, la aldea de Lam Dong se presenta como un remanso de tranquilidad. Sus tradicionales palafitos, rodeados por extensos arrozales y frondosa vegetación, ofrecen una visión única del estilo de vida Tay.

Desde la implementación del modelo de Aldea de Cultura y Turismo Comunitario en 2014, se han mejorado significativamente las infraestructuras. Destaca la construcción de un camino de hormigón de 500 metros de largo y más de 3 metros de ancho, que une la carretera nacional con la casa cultural de la aldea y varias viviendas. Además, se han realizado esfuerzos constantes por preservar las casas tradicionales, las costumbres ancestrales y los cantos folclóricos de la etnia Tay.

En Lam Dong, 15 de las más de 200 familias están registradas para la práctica del turismo comunitario. Reciben con regularidad a grupos de visitantes nacionales y extranjeros, ofreciéndoles la oportunidad de participar en actividades interactivas como la molienda de arroz, la siembra de plántulas y el cultivo del campo. Según Dam Quoc Hoi, jefe de la aldea, actualmente se están instalando más ruedas de agua, morteros y nuevos palafitos para enriquecer la experiencia turística.

Entretanto, Mai Thanh Nam, secretario de la célula del Partido de dicha aldea en Lam Dong, destaca: “Las costumbres locales se conservan con esmero. Contamos con un grupo de actuación artística que entretiene a los visitantes, quienes también pueden participar en actividades vivenciales como compartir comidas, alojarse y trabajar junto a los pobladores”.

Continuando su camino hacia el puerto fronterizo de Thanh Thuy, el viajero llega a otra Aldea de Cultura y Turismo Comunitario, ubicada en la comuna de Phuong Tien, distrito de Vi Xuyen, a 15 kilómetros de la capital provincial.

Al respecto, Tran Quynh Trang, guía en la ciudad de Ha Giang, dijo: “La aldea de Thanh Son alberga a 76 familias del grupo étnico Tay y atrae a un gran número de visitantes. Además de su entorno fresco y apacible, ofrece una gastronomía singular y los cantos tradicionales de los Tay”.

En Thanh Son, es fácil encontrarse con los característicos palafitos de los Tay, enclavados junto a campos de arroz y maíz, con vistas a grandes estanques de peces. El paisaje natural, de una belleza prístina, está marcado por montañas rocosas interminables, frondosos bosques, arroyos murmurantes y vastos campos de un verde intenso. A esta escena montañosa se suman las imágenes cotidianas de los aldeanos en plena faena agrícola, pastoreando búfalos o recolectando hierba. El jefe de la aldea, Nguyen Van Lien, destaca que los visitantes disfrutan del clima fresco del lugar y, a menudo, comparten la mesa con familias locales para conocer de cerca sus costumbres.

Uno de los manjares que más impresiona a los viajeros en Thanh Son es el pez "Bong" (Spinibarbus denticulatus), originario del río Gam, en el distrito de Bac Me. Cada familia mantiene este ingrediente fresco en su propio estanque, tanto para el consumo doméstico como para agasajar a los turistas. Hoang Van Day, propietario de un restaurante local, explica que criar un pez “Bong” de entre 1,5 y 2 kilogramos requiere entre tres y cuatro años de paciencia y dedicación.

“La dieta del pez, basada principalmente en plantas como lechuga de agua, hojas de yuca y hojas de plátano, le otorga un sabor más delicioso y una textura firme al cocinarlo. El Bong a las brasas es especialmente sabroso. Lo atrapamos fresco del estanque en el momento en que se solicita; un ejemplar de 3 kilogramos es suficiente para preparar seis platos”.

Además de su impresionante naturaleza y su gastronomía, impregnada de la identidad de la etnia Tay, las Aldeas de Cultura y Turismo Comunitario en Ha Giang ofrecen a los visitantes la oportunidad de disfrutar de melodías y danzas folclóricas interpretadas por artistas locales. Esta combinación convierte la exploración de los pintorescos pueblos Tay en una experiencia aún más cautivadora.