Plei Op, aldea centenaria en la ciudad montañosa de Pleiku

(VOVWORLD) - Establecida en 1927, la aldea de Plei Op, o simplemente aldea Op, cumple ya casi 100 años. Aunque ubicado en la ciudad de Pleiku, de la provincia altiplánica de Gia Lai, ese pueblecito anida en el abrazo del valle de Ia Lam y el gorgoteo de los cristalinos arroyos Ia Nin y Ia Nak, lo que insufla aún mayor serenidad a su paisaje.
Los visitantes a Plei Op notarán a primera vista, además de la puerta de la aldea, una casa “Rong” (llaman como tal algunas etnias minoritarias a sus casas comunales) en forma de hacha. Esta obra, construida por artesanos locales con materiales tradicionales tales como madera y bambú, constituye el corazón, el alma y el símbolo cultural del caserío.
Plei Op, aldea centenaria en la ciudad montañosa de Pleiku - ảnh 1La puerta de la aldea Plei Op. (Foto: congluan.vn)

Si bien cualquier casa “Rong” alberga tradicionalmente todas las actividades culturales, incluidos festivales, de sus respectivas comunidades étnicas, Sieu Nui, patriarca de Plei Op, hizo especial hincapié en que ese espacio de su aldea también funciona como lugar de encuentro juvenil por todas las noches. Para convocar a la gente a las juntas se suele tocar la flauta “khen” colgada en la casa. Aparte del aerófono tradicional, hay en el recinto otros instrumentos musicales pero con finalidades distintas.

Sieu Nui, guía para un grupo de turistas por el edificio más importante de su pueblo, dijo lo siguiente: "Los gongs y batintines se utilizan principalmente en el festival de sacrificio de búfalos, que se celebra cada siete años y en el que se conserva una cabeza de búfalo para exhibirla en la casa comunal. En cuanto al xilófono T’rung, su sonido solía emplearse para ahuyentar plagas en el campo, pero en la actualidad acompaña el baile Xoang."

En el ala derecha de esa casa se encuentra un área expositiva de tallas madereras de animales, objetos o humanas cuyas diversas expresiones narran mucho sobre la vida diaria de la población local. Antes, las mismas se ponían a la vista solo en los funerales, pero han adoptado un nuevo sentido, cambiando del propósito religioso al ornamental.

Sieu Nui compartió que, para elaborar una figurilla vívida y de gran relevancia a los aldeanos, el escultor debe acumular abundante experiencia de vida y conocer bien la cultura del grupo étnico al que alude la obra. Cada talla es el fruto de herramientas tan rudimentarias como el cincel, el hacha y el cuchillo, junto con las manos hábiles, la imaginación y la dedicación del artífice.

"Salimos al bosque en busca de troncos robustos, firmes y de buena madera. Por lo general, tardamos entre tres y cuatro meses en terminar una figurita. Los artesanos de mayor edad suelen ser más meticulosos, por lo que sus obras resultan más detalladas y hermosas."

Plei Op, aldea centenaria en la ciudad montañosa de Pleiku - ảnh 2El espacio cultural Jrai en el restaurante Plei Gong Chieng, en la aldea Plei Op. (Foto: VOV)

Hoy día, al llegar a la provincia de Gia Lai,  uno puede sumergirse en las melodías de gongs y batintines no solo en los bosques y montañas sino también justo en medio de la bulliciosa ciudad cabecera, Pleiku. Por años, los patriarcas de la aldea Op han impartido clases de percusión de dichos icónicos instrumentos entre los jóvenes, con la esperanza de conservar y promover una belleza cultural de las comunidades étnicas autóctonas.

El aldeano y artesano Bui Mlik indicó al respecto: "Las clases se imparten desde hace cuatro o cinco años. Antes, aprendíamos de nuestros abuelos y los patriarcas de la aldea. Ahora, transmitimos ese conocimiento a nuestros descendientes."

Por parte de los jóvenes participantes en la actividad, es un júbilo y orgullo aprender a tocar el gong y los batintines para sumarse a los esfuerzos de sus antecesores de mantener viva la cultura indígena.

En Plei Op, además de la casa “Rong” cargada de identidad cultural o los trajes tradicionales que siempre atesoran los aldeanos, los viajeros no pueden perderse comida típica tales como carne vacuna a la parrilla en tubo de bambú, pollo asado u hojas de yuca revueltas con la berenjena amarga endémica de la Meseta Occidental vietnamita.

Plei Op, aldea centenaria en la ciudad montañosa de Pleiku - ảnh 3Una interpretación de gongs y batintines intepretada por los aldeanos locales. (Foto: congluan.vn)
Todos los manjares requieren esmero no solo en el proceso de cocina, sino también durante la preparación de ingredientes. Los pollos deben ser criados en libertad y con una dieta solo de arroz y verduras. Para cocinar han de elegir los que recién alcanzan la madurez, es decir, que pesan más o menos un kilogramo, para garantizar la blandura de la carne. Sobre la parrillada en tubo de bambú, se prefiere utilizar ternera y marinar bien antes de echarla a la brasa.

Desde su reconocimiento como Aldea de Cultura y Turismo en 2008, Plei Op ha adquirido un aspecto cada vez más pulcro y moderno. Los aldeanos se han sensibilizado sobre la conservación y la promoción de las tradiciones culturales. El equipo de gongs y batintines practica con frecuencia para actuar en programas culturales organizados por la ciudad o la provincia. Especialmente, la gente allí viene creando ofertas de turismo cultural para atender a los visitantes nacionales e internacionales.

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