(VOVworld) – Por sus peculiaridades, la cultura de la etnia Churu, en la región de Tay Nguyen (Tierras Altas centrales de Vietnam), atrae a toda persona que se acerca a ella. Esos rasgos típicos asociados a su indumentaria, arte folclórico y oficios tradicionales invitan a descubrirla y sobre todo, a disfrutarla.
Los Churu disponen de un valioso acervo artístico y literario, incluidos documentos históricos. Además de las epopeyas, conservan canciones folclóricas y proverbios que enaltecen el régimen matriarcal, el papel de las mujeres y la lucha de los trabajadores contra las adversidades de la naturaleza.
Un artesano étnico perfila su rokel, un instrumento musical tradicional hecho con calabaza de peregrino y varitas de bambú
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También poseen abundantes instrumentos musicales típicos, llamados en el dialecto local rokel, sar, r’tong, kwao y tenia, entre otros. De ellos los batintines siempre ocupan una posición más importante, porque aportan a la música de las fiestas y al baile Tamya Arya, el más popular en esta comunidad. Al respecto, Linh Nga Nie KDam, investigadora de las culturas autóctonas de Tay Nguyen, amplió: “Un juego de batintines de los Churu está compuesto solamente por 3 piezas. Además, tienen un estilo de interpretación muy diferente. Si otros grupos étnicos como los Xe Dang los tocan moviéndose o bailando alrededor de la casa comunal o del palo Neu, en la comunidad Churu, esos instrumentos son colgados o colocados en un armazón de soporte y hay un solo hombre que se encarga de tocarlos”.
Al referirse a los oficios artesanales, explicó que con sus hábiles manos y un alto sentido estético, los autóctonos crean productos de cerámica para el uso diario. La aldea de Krang Go, en el distrito de Don Duong, provincia de Lam Dong, conserva la alfarería tradicional y sus técnicas son transmitidas de generación en generación. Manos de mujeres y hombres Churu moldean el barro como lo hacían sus antepasados hace mil años. En la temporada seca, de diciembre a marzo, las familias locales prenden fuego para la cocción de cerámica. Luong Thanh Son, especialista en la cultura de los grupos aborígenes en las Tierras Altas centrales, señaló: “Los alfareros Churu no utilizan un plato giratorio, como tampoco lo hacen los étnicos Cham residentes en la aldea de cerámica de Bau Truc. El modelado del barro se realiza totalmente con las manos. Quien lo hace se mueve alrededor de un eje que es el tronco de un árbol. También puede revertir un pilón y utilizar su base para moldear la arcilla. La cocción de cerámica sigue un proceso ancestral, es decir, al aire libre”.
Los Churu mantienen las antiguas técnicas de alfarería
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Otro de los rasgos culturales típicos de los Churu puede verse en el casamiento, ya que en esta comunidad matriarcal, las mujeres son quienes toman las decisiones. Incluso los niños llevan sus apellidos, no los de sus padres.
Cuando a una muchacha le gusta algún vecino, hablará con sus padres sobre sus sentimientos, a dicho afecto escogerán un buen día de la primavera para llevar ofrendas a la casa del chico y presentar su propuesta. Si reciben una respuesta negativa, habrá una próxima vez y otras, hasta que la familia del amado acepte el pedido de mano. Y si el propio muchacho dice “no”, los parientes masculinos de la joven tratarán de ponerle un anillo. Una vez que esta joya esté en su dedo, se oficializa el compromiso. En el caso de que este hombre devuelva el anillo, su familia deberá dar búfalos y aguardientes a la de la enamorada como una multa. Si todo marcha bien, esa última y sus padres realizarán los preparativos para la boda, incluida la dote. Sobre esta costumbre, la estudiosa Luong Thanh Son dijo: “En realidad, la dote ha sido un lastre para la familia de muchas personas. Numerosas chicas pobres, por no poder acumular bienes y dinero, se quedan solteras para toda la vida. También, según la tradición, después de las ceremonias nupciales, los maridos deben ir a vivir a la casa de sus mujeres”.
Hoy día, estos aborígenes se van adaptando al nuevo estilo de vida, abandonando tabúes y costumbres arcaicas que impiden su avance. Las bodas no son ocasiones de felicidad para una sola pareja y sus familias, sino también motivo de celebración de toda la comunidad.