(VOVworld) – La aldea de Hoi, en la provincia arrocera de Thai Binh, en el norte de Vietnam es conocida porque su nombre está vinculado con las esteras de juncia que elaboran sus habitantes. A pesar de los altibajos de este oficio artesanal, los lugareños se empeñan en mantenerlo y desarrollarlo, a fin de llevar sus productos a todas partes del país.
Para llegar a la aldea Hoi, debemos recorrer unos 40 kilómetros desde el centro de la ciudad de Thai Binh, pasando por pequeñas vías en medio de inmensos campos, que en la temporada otoñal lucen un color amarillo brillante del arroz maduro.
Las mujeres de la aldea de Hoi, Thai Binh, son hábiles productoras de las tradicionales esteras de juncia
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Cuenta la historia que la fabricación de esteras se remonta a tiempos desconocidos, pero los telares verticales que utilizaban los aldeanos no daban tejidos óptimos deseados. Pham Don Le, un hijo de la aldea Hoi, primer laureado de los exámenes supremos de la Corte real en 1481, tras ser enviado a China como embajador durante la dinastía Ming, aprendió las técnicas avanzadas del vecino país y las transmitió a sus coterráneos. Desde entonces, los tejidos de juncia de la aldea Hoi mejoraron su calidad y ganaron la preferencia de los consumidores en la región. Los aldeanos consideraron a Pham Don Le, fundador del oficio tradicional de su tierra y para recordar su mérito, lo beatificaron y erigieron un santuario en su honor.
Hoy en día, los lugareños suministran anualmente millones de unidades de tejidos de juncia al mercado. De las tres mil 200 familias de la comuna de Tan Le del distrito de Hung Ha al que pertenece el villorrio de Hoi, un 80 por ciento se dedican a esta actividad laboral. Ngo Duy Lien, residente local contó: “Se conoció el auge de la fabricación de esteras de junco en los años de 60 y 70 del siglo pasado, cuando este artículo se hacía omnipresente. Los bellos y resistentes tejidos de la aldea Hoi conquistaron a muchos compradores. Personas de localidades colindantes y distanciadas venían a buscar estos productos e hicieron que su reputación volara muy lejos”.
Secando tejidos en el patio de la cooperativa aldeana
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Las esteras, que en Vietnam se utilizan no solo para cubrir parte del suelo de las casas de las familias sino también sus camas de dormir, sobre todo en las zonas rurales, son fabricadas por los artesanos hábiles de la aldea de Hoi con diferentes motivos de decoración, diseños y formatos. Los aldeanos dedican cada año unos ocho meses a esta labor, y el resto es para las faenas del campo. Anteriormente tejen a mano las esteras, pero últimamente utilizan máquinas, lo que les garantiza un mayor rendimiento y les da más ingresos, sin hacer perder la calidad de los tejidos, como dijo Nguyen Thu Lua, otra habitante local. “El tejido manual es muy lento. Hoy en día las máquinas nos permiten ahorrar mucho tiempo y dinero. Si antes una persona podía tejer dos esteras por día con el telar tradicional, ahora la cifra se multiplica por 20. Nuestros ingresos se ha incrementado considerablemente”.
Situada entre dos grandes ríos, el Rojo y el Luoc, la aldea de Hoi se beneficia de condiciones muy favorables para el cultivo de la juncia, una especie vegetal de la familia de cyberus que es indispensable para la producción de esteras. Teniendo abundantes materiales, así como excelentes técnicas de tejido transmitidas de generación en generación, los artesanos de este poblado cren productos con diseños y colores que satisfagan todo gusto de su clientela. Rosas, flores de lotos, retratos o la letra de Longevidad en idioma chino, son los motivos de decoración más pedidos, y realizados por los artesanos de la aldea de Hoi con mucha destreza y creatividad.