El 5 de febrero último el presidente estadounidense, Donald Trump, conmocionó a la comunidad internacional al anunciar que Estados Unidos asumiría la administración y propiedad de la Franja de Gaza. Esta iniciativa podría agravar la crisis en la región, donde el prolongado conflicto entre Israel y el movimiento Hamás, iniciado en octubre de 2023, sigue sin una solución definitiva.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca en Washington, D.C., el 4 de febrero. (Foto: Anadolu Agency/VNA).

Una declaración polémica

Según explicaciones posteriores de funcionarios diplomáticos estadounidenses, el plan surge de la "buena voluntad" de Trump para facilitar la reconstrucción de Gaza, gravemente afectada por la guerra.

El secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que Washington no pretende expulsar permanentemente a los palestinos, sino solo "temporalmente". Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que es poco probable que Estados Unidos despliegue tropas en la zona.

A pesar de estas aclaraciones, la declaración ha generado fuertes reacciones a nivel internacional. Ese mismo día el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió sobre el peligro de cualquier acción que pueda interpretarse como "limpieza étnica" en Gaza.

Numerosos países, incluidos varios aliados occidentales de Estados Unidos, han rechazado tajantemente la iniciativa y han reafirmado que la única solución sostenible para la paz en Medio Oriente es la de “dos Estados”, en la que un Estado palestino coexista pacíficamente con Israel.

Analistas consideran que la declaración de Trump no tiene precedentes. Benjamin Radd, experto del Centro de Relaciones Internacionales Burkle, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), sostiene que la propuesta no encaja en el contexto global actual y contradice el derecho internacional.

James Gelvin, profesor de historia y especialista en Medio Oriente en UCLA, cree que la iniciativa de Trump no tiene posibilidades de éxito, debido a la complejidad de los factores raciales, culturales, legales y de seguridad involucrados.

Mientras tanto, Brian Katulis, experto del Instituto de Medio Oriente, descarta la seriedad del plan.

“No creo que haya un plan real detrás de esta declaración. Si existe, carece de conexión con la realidad de Medio Oriente. Tampoco ha habido consultas con los palestinos ni con países vecinos como Egipto y Jordania, que han rechazado de inmediato la idea de reubicar a los habitantes de Gaza en sus territorios”, evaluó.

Riesgos para todas las partes

Aunque la mayoría de los analistas coinciden en que el plan estadounidense enfrenta numerosos obstáculos legales y contradice la realidad geopolítica, algunos consideran que si el inquilino de la Casa Blanca persiste en su intención podría llevarlo a cabo con el apoyo de ciertos países árabes clave, como Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos.

Según Benjamin Radd, la administración de Trump podría intentar convertir Gaza en una "Riviera de Medio Oriente", con grandes inversiones para desarrollar un centro financiero y turístico internacional, similar a la Riviera francesa e italiana.

Este plan cuenta con el respaldo de los partidos políticos en Israel. Este jueves el gobierno de Tel Aviv ordenó al ejército prepararse para la evacuación de los civiles palestinos de Gaza, una medida que ha generado preocupación en la región.

Los acontecimientos actuales representan riesgos para todas las partes, en particular para los civiles palestinos y para las expectativas de una nueva fase de alto el fuego en Gaza. La declaración de Trump ha eclipsado los esfuerzos diplomáticos de Qatar para prolongar la tregua e intercambiar rehenes.

Ahora, la prioridad de los países árabes es evitar que el plan estadounidense se materialice. Según el profesor James Gelvin, la oposición de los países árabes podría debilitar aún más las ya frágiles relaciones diplomáticas en la región.

“Los países de Medio Oriente están reaccionando con firmeza. Arabia Saudita ha dejado claro que exige una solución de dos Estados, mientras que Egipto y Jordania han reiterado que no aceptarán refugiados palestinos. Para el mundo árabe esto es inaceptable”, afirmó.

Para Estados Unidos, el plan de control sobre Gaza implica riesgos significativos. Expertos advierten que, en el actual contexto de conflicto, Washington tendría que desplegar una considerable fuerza militar, con miles de soldados y equipamiento, para patrullar, vigilar y mantener el orden, lo cual contradice las promesas de campaña de Trump, quien aseguró que evitaría nuevas intervenciones militares.