(VOVWORLD) - Las medidas del nuevo gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para imponer aranceles a sus principales socios comerciales, están generando preocupación a nivel mundial sobre una posible ola de conflictos comerciales a gran escala.
El 1 de febrero, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 25 % a la mayoría de los productos de Canadá y México y del 10 % a los productos exportados desde China al mercado estadounidense, argumentando que la medida busca frenar la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo en el país. Para el 3 del presente mes, Washington informó que pospondrá la aplicación de estos aranceles por un mes tras alcanzar acuerdos sobre seguridad fronteriza con Canadá y México.
El presidente Donald Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca el 30 de enero. (Foto: AFP) |
Aumento de la inestabilidad económica
El acuerdo alcanzado por el gobierno estadounidense con dichas naciones vecinas y a la vez dos de sus principales socios comerciales, ha contribuido temporalmente a estabilizar los mercados financieros globales tras la turbulencia del 3 de febrero, cuando se temía una escalada en los conflictos comerciales a nivel mundial. Sin embargo, el riesgo de que Washington continúe imponiendo aranceles, incluso a sus aliados más cercanos, sigue siendo alto. Después de México, Canadá y China, la Unión Europea (UE) podría convertirse en el próximo objetivo de la Casa Blanca, ya que el 31 enero, el presidente Donald Trump declaró que “definitivamente está considerando aplicar aranceles a la UE”.
Ante esta amenaza, varios líderes europeos, como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller de Alemania, Olaf Scholz, afirmaron el 3 de febrero que el bloque continental cuenta con los recursos necesarios y responderá con firmeza si Estados Unidos decide aplicar dichas medidas.
Anteriormente, tras el anuncio de los aranceles por parte de la Casa Blanca, el 1 de febrero, México, Canadá y China tomaron medidas de represalia. Canadá declaró que impondrá aranceles equivalentes a más de 105 mil millones de dólares en exportaciones estadounidenses hacia su territorio. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ordenó a la ministra de Economía implementar un “plan B”, que incluye medidas tanto arancelarias como no arancelarias. Por su parte, China anunció que demandará a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Estas acciones de represalia podrían agravar la tensión comercial y tener un impacto negativo en la economía global.
Al respecto, Qiu Buhui, profesor de negocios y finanzas en la Escuela de Negocios de Sídney (Australia), señaló: “Las acciones del gobierno estadounidense aumentarán la incertidumbre en la economía global. Los mercados experimentarán una mayor volatilidad, ya que hemos visto que Estados Unidos ha advertido a sus socios comerciales que, si toman represalias, impondrá aranceles aún más altos. Por lo tanto, podríamos presenciar una serie de conflictos comerciales, lo que no solo incrementará la inestabilidad económica global, sino que también fomentará políticas de proteccionismo económico y comercial”.
La actual situación no beneficia a ninguna de las partes. Según Gregory Daco, economista jefe de la firma de auditoría Ernst & Young, las represalias de México, Canadá y China podrían costarle a Estados unidos una reducción de 1,5 puntos porcentuales en el crecimiento del PIB este año y 2,1 puntos porcentuales el próximo año, mientras que Canadá y México podrían entrar en recesión este año.
El propio Donald Trump admitió el 2 de febrero que las nuevas tarifas tendrán consecuencias para su país, especialmente en términos de inflación, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos estadounidenses en los últimos años. Según Ryan Sweet, economista jefe para Estados Unidos en Oxford Economics, la inflación en el país fue del 2,8 % en diciembre pasado y podría aumentar al 3 % a finales de este año si Washington impone aranceles a sus principales socios comerciales, en lugar de descender al 2,2 % como estaba previsto en la hoja de ruta de la Reserva Federal (FED).
Puerto de carga de Long Beach en California, Estados Unidos. (Foto: Xinhua/VNA) |
¿Una estrategia efectiva?
Al evaluar las próximas acciones de la Casa Blanca, muchos expertos creen que los aranceles seguirán siendo el “arma” que Donald Trump utilizará en el futuro, en línea con sus declaraciones durante la campaña electoral, donde afirmó que estas medidas son una “herramienta de negociación mágica” para obtener concesiones de otros países.
En este sentido, Kevin Merritt, director de investigación de capital en la firma de corretaje Wedbush (Estados Unidos), comentó: “Creo que esta es una estrategia efectiva del presidente Donald Trump. Hemos visto cómo las amenazas dirigidas específicamente a Colombia y México los han obligado rápidamente a sentarse a la mesa de negociaciones y hacer concesiones. Por ahora, está funcionando, pero ¿qué tan efectiva será con países más grandes? Creo que esa será una historia diferente”.
Compartiendo esta opinión, Cameron Johnson, experto en cadenas de suministro en la empresa Tidalwave Solutions (India), considera que el gobierno estadounidense utilizará su política arancelaria para presionar a varias economías con las que mantiene un alto déficit comercial. Asimismo, advierte que otros países no deberían subestimar la determinación de Washington en su esfuerzo por frenar el tráfico de fentanilo, ya que este es un problema social grave para el país en la actualidad.
Sin embargo, expertos también advierten que esta estrategia podría representar un gran riesgo para la propia economía estadounidense. Mary Lovely, investigadora del Instituto Peterson de Economía Internacional, evaluó que las nuevas políticas arancelarias podrían desacelerar la economía nacional y aumentar la inflación. Christine McDaniel, exfuncionaria de comercio durante la administración del presidente George W. Bush, advirtió que la imposición de aranceles de hasta el 25 % a los socios comerciales más cercanos de Estados Unidos, es decir, Canadá y México, podría devastar la poderosa economía de América del Norte, de la cual el país ha dependido durante muchos años.
Para los terceros territorios, no está claro si lograrán beneficiarse de la volatilidad del comercio internacional actual. Al respecto, Yael Selfin, vicepresidenta y economista jefe de la firma de auditoría KPMG, estimó: "Algunas economías podrían beneficiarse si el comercio se desvía o si sus productos se vuelven más competitivos en precio. Sin embargo, en este momento es difícil determinar cuál será el impacto real hasta que tengamos una mejor comprensión del alcance total de la próxima guerra arancelaria”.
En una declaración emitida el 3 de febrero, Stephane Dujarric, portavoz de las Naciones Unidas, expresó la profunda preocupación de la organización por el impacto creciente de las medidas restrictivas al comercio en la economía global, especialmente en los países en desarrollo, donde amplios sectores de la población son particularmente vulnerables.