(VOVWORLD) - La aldea de Thuy Ung, ubicada en el distrito de Thuong Tin al sur de Hanói, es reconocida por su oficio tradicional de elaboración de peines de cuerno, con una larga historia que se remonta a hace más de 400 años. Esta tradición artesanal ha sido transmitida de generación en generación, convirtiéndose en una parte importante de la identidad cultural local. Ante los cambios en las preferencias de los clientes los artesanos de Thuy Ung se adaptan para satisfacer la demanda del mercado, manteniendo viva esta práctica ancestral.
El oficio de fabricar peines con cuernos de búfalo y toro se ha transmitido de generación en generación en el poblado de Thuy Ung. (Foto: dangcongsan.vn)
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Para obtener un pequeño peine de cuerno los artesanos de Thuy Ung siguen un procedimiento sofisticado y meticuloso de más de 30 pasos. Esto incluye hervir y prensar los cuernos en moldes, cortar las púas, retocar, y finalmente pulir los peines. Cada etapa requiere gran cautela y precisión para lograr el producto final.
Los principales materiales para la elaboración de los peines de cuerno en Thuy Ung son cuernos y pezuñas de búfalo o toro, adquiridos en las regiones montañosas del norte de Vietnam. Cuando el suministro local no es suficiente, los artesanos también importan estos materiales de Laos, Tailandia y de países africanos.
El color de los peines varía según el material utilizado. Mientras los peines elaborados con cuerno de búfalo vietnamita suelen tener un color negro, los hechos con materiales importados de África presentan un tono marfil. Además, los cuernos de animales más maduros tienen mejor calidad en cuanto a grosor, brillo y vetas. Según los artesanos locales, los peines hechos de cuerno tienen mayor calidad que los hechos de pezuñas.
Nguyen Thanh Trung, uno de los artesanos de Thuy Ung, explicó: “Los cuernos de búfalo y vaca de buena calidad deben ser gruesos y anchos. El cuerno de búfalo blanco es el más valioso, porque tiene mayor calidad y es el más escaso”.
El primer paso en la elaboración del peine consiste en serrar ambos extremos del cuerno, dejando solo la parte del medio, que debe tener entre 4 y 5 milímetros de grosor. Luego esta porción se corta longitudinalmente en dos piezas, que a su vez se seccionan en pedazos cortos o largos, dependiendo de la intención del artesano.
Se necesita una hoja de sierra fina y afilada para evitar rayar el cuerno. Antes de darle forma, el cuerno crudo debe ablandarse. Anteriormente los artesanos cubrían los cuernos con ceniza caliente, pero ahora los hierven en aceite a 200°C durante 4-5 minutos, hasta que el material crudo se expanda y ablande. Por último, se enjuaga inmediatamente con agua fría. Sobre este procedimiento el artesano Trung compartió: “El aceite hierve a una temperatura más alta que el agua. Esta es lo suficientemente caliente como para ablandar el cuerno sin afectar su calidad”.
Después de ablandar el material crudo, lo coloca en una prensa hidráulica y lo enrolla hasta que queda delgado y plano para el tallado. Según indican los locales, los cuernos del animal viejo son más delicados y más fáciles de romperse después del prensado.
Productos de la aldea artesanal de peines de cuerno de Thuy Ung. (Foto: hanoimoi.vn) |
La forma del peine se marca con lápiz en el cuerno plano. En este paso alinear con la veta lo haría quebradizo, mientras que tallarlo en ángulo lo hace más duradero.
Luego del moldeado, se remoja en agua 1 hora y se alisa con 6 tipos de papel de lija para pulir. El precio del peine de cuerno se basa más en el costo de producción que en el de la materia prima.
Otro artesano local, Nguyen Van Thai explicó sobre el moldeado y pulido del peine: “Primero se trata de crear la forma del peine y pulirlo para que esté plano, luego se tallan las púas y se vuelve a pulir”.
La creación de las púas del peine es el proceso más sofisticado y que requiere la técnica más avanzada del artesano. El espacio entre los dientes del peine debe quedar parejo, de lo contrario se considera un gran fallo y no será utilizable.
“Un peine bueno debe tener las púas parejas y estas no pueden estar muy afiladas, pero tampoco muy embotadas. Los mejores peines tienen sus púas parejas, con la punta redonda y recta”.
El frotado es el último paso para darle brillo y lisura a los peines. Se realizan dos frotamientos en seco y dos en húmedo. Este proceso es completamente manual. Según Trung, el peine debe quedar brillante y sin imperfecciones después de este paso.
“Los cuernos a menudo tienen muchos agujeros y pequeños defectos, y para los productos de alta calidad garantizamos que no haya ninguna imperfección. El peine más caro es el de color blanco claro, ligeramente amarillento”, dijo.
Además de los artículos tradicionales, los artesanos de Thuy Ung fabrican en la actualidad diferentes modelos de peines con diseños tallados más sofisticados, ampliando así su oferta. Gracias a las habilidades, la perseverancia y la creatividad innata de estos artistas, el oficio tradicional ha logrado perdurar a lo largo de los siglos y hacerse presente incluso en mercados exigentes como Corea del Sur, Japón y China hasta el día de hoy.