Consecuencias de Primavera Árabe en África del Norte y Oriente Medio

(VOVworld) – Hace 5 años, a mediados de enero de 2011, estalló la Revolución llamada: “Primavera Árabe” en una serie de países de África del Norte y Oriente Medio. Desde entonces hasta la fecha, la inestabilidad política en estas regiones no ha concluido. La Primavera Árabe ha dejado consecuencias graves con olas de violencia y manifestaciones para derrocar a los gobiernos en el poder, lo que ha perjudicado profundamente dichas zonas. 

Hace 5 años, los países de África del Norte y Oriente Medio fueron apoyados por Estados Unidos y Occidente para realizar las llamadas “reformas democráticas” bajo el nombre: “Primavera Árabe”. Sin embargo, durante media década, las brisas de esta primavera no han traído ningún resultado salvo flores venenosas y frutos amargos. Países estables, incluso prósperos como Libia, Túnez y Siria, después del azote de la Primavera Árabe, entraron en una integral crisis política, socioeconómica, cultural y de seguridad, provocando la migración de millones de personas.

Sismo político

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Oleada de manifestaciones para derrocar a los gobiernos en el Oriente Medio y África del Norte


A finales de diciembre de 2010, un joven vendedor ambulante se quemó en Túnez en protesta porque el policía que intentaba confiscarle sus mercancías. Ese hecho desencadenó una serie de manifestaciones que se extendieron por todo el mundo árabe.      A un mes del incidente, la oleada “Primavera Árabe” invadió a 23 naciones y territorios en África del Norte y Oriente Medio. Este sismo sociopolítico provocó la caída repentina de los gobiernos de Yemen, Libia y Bahréin que habían existido durante décadas. No se olvidan los bombardeos realizados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en apoyo a la oposición para derrocar al Gobierno del presidente Muammar Gaddafi. Sin embargo, la muerte de este líder no condujo al fin de la inestabilidad regional. El cambio de régimen en los países de la zona causó el estancamiento económico, la división social y enfrentamientos cada vez más críticos por pugnas de poder. En Siria, el sismo político, aunque no logró derrocar al presidente Bashar Al Assad, hundió a esta nación en una profunda guerra civil. Las presiones intensificadas por la oposición y la intervención extranjera durante los últimos 5 años han agravado la situación siria sobre la cual hasta la fecha no se ha encontrado una solución eficiente.

Una nueva etapa histórica se ha abierto en el Oriente Medio y África del Norte aunque la democracia real sigue siendo una quimera. Este sueño no se ha materializado, e incluso peor con la pérdida de los valores fundamentales, entre ellos, el derecho a vivir en la paz.

Flores venenosas y frutos amargos

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Una parte de territorios libios están ocupados por el Estado Islámico


“La Primavera de Árabe” marcó una nueva época colmada de volatilidad en la región, cambiando las posiciones de las fuerzas involucradas y determinando de nuevo la geopolítica en el Oriente Medio y África del Norte. Los disturbios dirigidos a derrocar a los gobiernos con la profunda intervención extranjera han hecho que esta región con abundantes recursos naturales no pueda recuperar la paz, lo que beneficia sólo a los oportunistas y cuyas víctimas no son más que los civiles.

En Siria, la guerra civil que se ha prolongado por 5 años ha cobrado hasta ahora más de 250 mil vidas, creando la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial y convirtiendo a esta nación en una tierra fértil para terroristas. En Yemen, las diferencias políticas y sectarias se tornaron en conflictos entre los grupos étnicos, lo que ha conducido a sus ciudadanos a vivir de la subvención exterior. Egipto, con la mayor población del mundo árabe continúa enfrentando retos desde el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak, pese a algunos progresos políticos y socioeconómicos. Se trata del encarecimiento de alimentos y el aumento de los impuestos, el déficit presupuestario y la alta tasa de parados con el 44% de los estudiantes graduados sin empleos. Libia, luego de años de guerra civil, se fundó un Gobierno unido pero no pudo compensar las pérdidas provocadas por el azote de la Primavera Árabe. La situación va de mal en peor cuando una parte de territorios libios están ocupados por el Estado Islámico. Sólo Túnez no se encuentra en la vorágine del conflicto pero enfrenta grandes retos relativos a la seguridad con amenazas de ataques terroristas. Es también un país que suministra el mayor número de yihadistas a dicha organización extremista.

Los últimos 5 años son un camino espinoso para África del Norte y Oriente Medio. No se vislumbran la libertad ni la democracia salvo la inestabilidad política, los enfrentamientos letales y la pobreza. Después de las vicisitudes de la vida, lo que más esperan los habitantes de dichas regiones es el fin de la inestabilidad para desarrollar la economía nacional.

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