La delegación de Estados Unidos en la MSC está encabezada por el vicepresidente J.D. Vance, acompañado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y otros altos funcionarios. Su presencia en Europa busca reforzar el diálogo con los aliados sobre cuestiones de seguridad.

La Conferencia de Seguridad de Múnich se centra en el conflicto en Ucrania. (Foto: securityconference.org)

Un posible punto de inflexión en el conflicto ucraniano

Dos días antes del inicio de la MSC, el 12 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo su primera conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin, con el objetivo de iniciar negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. Sin embargo, lo más llamativo fue que Trump no consultó previamente a sus aliados europeos antes de la llamada y solo informó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, después de la conversación.

Según analistas, este movimiento podría marcar un punto de inflexión en el conflicto, que ya se ha prolongado por casi tres años. No obstante, también genera preocupación en Europa y Ucrania, que temen quedar al margen en las negociaciones entre Washington y Moscú.

La incertidumbre aumentó cuando Trump respaldó las declaraciones del secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien afirmó en una reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que la adhesión de Ucrania a la alianza “no es viable” y que recuperar los territorios previos a 2014 es “irrealista”.

Para Stephen Wertheim, experto del Instituto Carnegie para la Paz, estas declaraciones representan una “concesión a la realidad”, lo que obliga a Europa a tomar decisiones difíciles.

En respuesta, este jueves la mayoría de los países europeos, incluido el Reino Unido, reafirmaron que “no habrá una solución de paz duradera en Ucrania sin la participación de Europa en las negociaciones”.

La ministra de Defensa de Lituania, Dovile Sakaliene, advirtió: "Podemos caer en la ilusión de que Donald Trump y Vladímir Putin encontrarán una solución para todos, lo cual sería una trampa mortal. Europa debe utilizar su poder económico, financiero y militar para decidir, junto con Estados Unidos, el futuro de Europa y Ucrania".

En este contexto, el discurso del vicepresidente J.D. Vance en la MSC es esperado con gran interés, ya que podría aclarar la postura oficial de la administración estadounidense respecto a Kiev. Según el exministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Volodímir Ohryzko, su país y otros de Europa deben aprovechar al máximo los contactos de alto nivel en la MSC para influir en la posición de la Casa Blanca.

“Estados Unidos aún no ha definido una postura final, y eso es evidente en lo que estamos viendo. En este momento el objetivo principal de la diplomacia ucraniana debe ser influir en esta postura o, más precisamente, ayudar al equipo de Trump a definirla”, afirmó.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte. (Foto: Xinhua/VNA)

Mayor presión sobre Europa

Además del conflicto en Ucrania, la MSC de este año reavivará el debate sobre el gasto en defensa dentro de la OTAN y la responsabilidad financiera de los miembros europeos.

Durante su primera reunión con los ministros de Defensa de dicho bloque militar, los días 12 y 13 de febrero en Bruselas, Pete Hegseth afirmó que “Europa ya no es la principal prioridad de seguridad de Estados Unidos” y que el continente debe asumir su propia defensa. Asimismo, instó a los países de la OTAN a aumentar su gasto en defensa hasta un 5 % del PIB, según lo sugerido previamente por Donald Trump.

El secretario general de esta coalición militar, Mark Rutte, consideró dicha propuesta como una meta “irrealista” debido a la situación económica de varios miembros. En el Foro Económico Mundial de Davos el propio Rutte reconoció que la OTAN enfrenta una crisis presupuestaria.

"Nos encontramos en un estado de crisis. En primer lugar, es fundamental aumentar y acelerar el gasto. No todos los miembros han alcanzado el requisito del 2% del PIB en defensa, por lo que debemos cumplirlo en los próximos meses sin más demoras. Además, es necesario incrementar el nivel de contribución. La cifra exacta se definirá a finales de este año, pero probablemente supere con creces un 2 %”, enfatizó.

Por su parte, el presidente de la MSC, Christoph Heusgen, opinó que, aunque es poco probable que Trump retire por completo las tropas norteamericanas de Europa en el corto plazo, los contribuyentes estadounidenses no aceptarán que otros países de la OTAN aporten menos de un 3 % del PIB en defensa.

Según Heusgen, Europa solo tiene una opción a largo plazo: desarrollar su propia capacidad de seguridad y reducir su dependencia de Estados Unidos.