(VOVWORLD) - Los líderes de varios países europeos se reunieron el 17 de febrero en una cumbre de emergencia en París, Francia, con el objetivo de encontrar soluciones ante la posible pérdida de las garantías de seguridad de Estados Unidos y su exclusión de las negociaciones para poner fin al conflicto en Ucrania.
La cumbre tuvo lugar apenas un día después de la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada del 14 al 16 de febrero, donde los países europeos sufrieron varios reveses, desde ser marginados en las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia hasta recibir duras críticas por parte de altos funcionarios estadounidenses, quienes además amenazaron con retirar su compromiso con la seguridad europea, vigente desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente francés, Emmanuel Macron (d), y el primer ministro británico, Keir Starmer, en el Palacio del Elíseo, París, el 17 de febrero. (Foto: Reuters) |
Una nueva era para Europa
En la cumbre de emergencia en París participaron países que, según el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, tienen la "voluntad y capacidad" de contribuir a la futura estructura de seguridad europea. Entre ellos se encuentran Francia, Alemania, Italia, España, Países Bajos, Polonia, Dinamarca (en representación de los países bálticos) y Reino Unido, que abandonó la Unión Europea (UE) en 2016. También asistió el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Mark Rutte.
Según los analistas, los líderes llegaron a la reunión enfrentando tres nuevas realidades tras la Conferencia de Múnich: Estados Unidos y sus aliados ya no comparten los valores comunes que han sustentado las relaciones transatlánticas desde 1945; la región no puede depender exclusivamente del paraguas de seguridad estadounidense; y el plan de Washington para resolver el conflicto en Ucrania no contempla un papel significativo para sus socios del Viejo Continente. Ante esta situación, los gobiernos involucrados deben modificar rápidamente su enfoque y desarrollar un plan de acción que garantice su influencia, no solo en la crisis ucraniana, sino también en la reconfiguración del orden geopolítico.
Al concluir la reunión, aunque no se revelaron detalles específicos, los participantes coincidieron en que el bloque ha entrado en un momento de cambio histórico.
El primer ministro británico, Keir Starmer, declaró:“Nos encontramos en un momento decisivo para la seguridad colectiva de Europa, una oportunidad que solo se presenta una vez en cada generación. Debemos asumir que hemos entrado en una nueva era y dejar de aferrarnos a la comodidad del pasado. Ha llegado el momento de que Europa tome las riendas de su propia seguridad”.
Otro punto clave del encuentro fue la necesidad de incrementar el gasto en defensa. Justo antes de la cumbre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, instó a flexibilizar las normas presupuestarias para priorizar la inversión en este ámbito y ajustar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, permitiendo una aplicación más flexible de la norma que limita el déficit presupuestario al 3 % del PIB. A finales del año pasado, el presupuesto de defensa de los países miembros superaba los 320 mil millones de euros (335 mil millones de dólares), pero según von der Leyen, esta cifra debe aumentar significativamente. Este punto también fue reiterado por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
"Los países europeos de la OTAN deben aumentar su inversión en defensa. Si el gasto actual no es suficiente, será necesario incrementarlo, posiblemente hasta alcanzar cerca del 3 % del PIB. Aún no disponemos de una cifra exacta, pero haremos los cálculos basándonos en los datos disponibles y en el proceso de desarrollo de capacidades. Lo que sí está claro es que, si seguimos como hasta ahora, Europa no logrará sus objetivos de seguridad y en unos años será más vulnerable”, manifestó.
El canciller alemán Olaf Scholz. (Foto: VNA) |
¿Cómo garantizar la seguridad de Ucrania?
Siendo uno de los temas centrales de la cumbre en París, la forma en que la región contribuirá a la resolución del conflicto en Ucrania también se debatió, aunque sin resultados concretos.
En su declaración posterior a la reunión, el canciller alemán, Olaf Scholz, afirmó que los países involucrados están unidos en la decisión de no reconocer ningún acuerdo impuesto a Ucrania. Sin embargo, aún existen muchas discrepancias sobre cómo garantizar su seguridad a futuro, dado que la región no es un actor directo en las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia.
La propuesta del primer ministro británico, Keir Starmer, sobre la posibilidad de enviar tropas para garantizar la estabilidad en caso de un acuerdo fue recibida con cautela. Polonia se opone firmemente, argumentando que ya soporta una carga considerable al proteger el flanco oriental de la OTAN.
Mientras tanto, Olaf Scholz considera que discutir un escenario de este tipo en este momento es inapropiado.
“Es prematuro e inadecuado debatir esta cuestión en este momento. De hecho, me incomoda escuchar este tipo de planteamientos. Se están discutiendo escenarios sin contar con Ucrania, acuerdos de paz que ni siquiera han comenzado a negociarse y sin que Kiev haya expresado su postura. No es apropiado especular sobre estos temas cuando aún desconocemos cuál será el desenlace”, afirmó.
Según Daniela Schwarzer, experta en política y miembro del Instituto Bertelsmann Stiftung (Alemania), el bloque enfrentará grandes desafíos para elaborar un plan de acción común en materia de seguridad para Ucrania si Estados Unidos y Rusia alcanzan un acuerdo para poner fin al conflicto. Esto se debe a que los gobiernos europeos siguen dependiendo en gran medida de Washington, tanto en el ámbito político como militar.
Schwarzer destaca que algunos países, como Italia, Hungría y Polonia, mantienen buenas relaciones con el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump y no desean adoptar nuevas políticas que agraven la fractura en las relaciones transatlánticas. En cambio, Alemania y Francia ya han expresado abiertamente su oposición a varias de las nuevas medidas impulsadas desde Washington.
Otro gran problema es que el bloque aún no cuenta con una capacidad de defensa suficientemente fuerte como para asumir por sí solo la tarea de supervisar y mantener la paz en Ucrania si este escenario se materializa. Keir Starmer, principal defensor de desplegar fuerzas en el país tras el fin del conflicto, admitió que, sin la ayuda de Estados Unidos, este plan no podrá llevarse a cabo.
Por ello, el primer ministro británico anunció que viajará a Estados Unidos este fin de semana para persuadir al presidente Donald Trump de que no abandone los compromisos con Ucrania y la seguridad del continente.