(VOVworld) - El populismo se extiende en Europa. En los últimos años, los resultados de las elecciones legislativas del nivel local, federal y nacional en varios países han sido favorables para muchos partidos populistas. Especialmente, desde finales de 2016 hasta la fecha, este fenómeno emerge con fuerza en algunas naciones, lo que evidentemente supone una impugnación para los partidos democráticos y las organizaciones sociales en el viejo continente.
El término populismo hace referencia a las medidas políticas que solamente tratan de conseguir los votos electorales sin importar las consecuencias. De hecho, el referido estilo no persigue un sistema de valores determinado para distinguirlo de otras ideologías, por eso existe en todas las tendencias políticas, desde conservadores, progresistas, hasta derechistas y de izquierda; e igualmente se encuentra como partidos políticos opositores o movimientos sociales.
Una sesión plenaria del Parlamento Europeo en Estrasburgo, en el este de Francia del 14 de marzo (Foto:AFP/VNA)
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¿Por qué el populismo tiende a crecer?
La globalización económica ha ensanchado la brecha entre los ricos y los pobres, junto con el aumento del paro en la clase obrera, mientras que la crisis económica y el deterioro de las condiciones sociales crean oportunidades para que los grupos populistas consigan la aceptación de los votantes. Además, el modelo social europeo promete crear un equilibrio en el desarrollo paralelo de la prosperidad económica y social. Pero en realidad esto no se logra. Incluso, algunos de los países menos desarrollados de la región no tienen la capacidad de adaptarse al proceso acelerado de globalización, lo cual ha dado lugar a una contradicción entre los estratos sociales.
Cabe decir que el éxito del populismo en los últimos años se basa en la insatisfacción de los votantes acerca de las decisiones políticas del partido gobernante o la degradación social en muchos países europeos, lo cual se refleja en los puntos de vista opuestos a la acogida de los inmigrantes, el escepticismo islámico y el rechazo al matrimonio entre homosexuales. Una prueba de ello es el referendo en mayo pasado sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, también conocido como el Brexit. Otro ejemplo es la renuncia del entonces primer ministro de Italia, Matteo Renzi, después de su derrota en el referendo sobre una reforma constitucional. Su fracaso es considerado una oportunidad para aquellos que abogaban por la ideología populista contra los principios de las tradiciones sociales, políticas y económicas.
Acción sinérgica para tratar
Los analistas temen que el populismo pueda extenderse aún más en Europa, a pesar del fracaso de esta tendencia en las recientes elecciones en los Países Bajos. Sin embargo, parece difícil que ese último suceda en los próximos comicios en Alemania, al contar estos con la participación de la canciller actual, Angela Merkel, quien favoreció la recepción de refugiados en los últimos dos años. La posibilidad de una victoria de Merkel sería muy frágil, debido al resurgimiento del Partido anti-inmigrante y anti-musulmán AfD. Además, enfrenta fuertes críticas dentro de su propia organización política.
Al volver a mencionarse el proceso de negociaciones para la salida de Londres de la Unión Europea, todo parece indicar que los británicos enfrentarán muchas dificultades para iniciarlo. La activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa al respecto será el primer paso. Este documento establece un plazo de dos años para negociar los términos de la salida de la Unión Europea. Sin embargo será un camino espinoso y afectará las perspectivas de crecimiento nacional y las esperanzas de lograr acuerdos comerciales con países fuera del bloque comunitario. Según expertos, Londres necesitará 20 años para establecer nuevas políticas comerciales.
El populismo realmente es una preocupación común para los partidos democráticos, las organizaciones sociales y los medios de comunicación en Europa. Pero lo más importante ahora es ¿cuánto tiempo existirá la referida amenaza? Eso dependerá de las medidas para restablecer la legitimidad en la gobernabilidad y la eficacia de la gestión de los gobiernos democráticos en esa región.
Obviamente, ese concepto o el populismo de derecha son síntomas de las democracias occidentales, en medio del aumento de la desigualdad social. Si los gobiernos europeos no realizan más esfuerzos para resolver los problemas socioeconómicos que enfrentan, ese fenómeno causará nuevos terremotos.